Consejos de conservación y consumo
Las almendras se secan con cáscara y de forma natural, es decir al sol durante 2 a 3 días hasta que el nivel de humedad ronda el 7%. No se calientan. Se descascaran según los pedidos porque dentro de la cáscara conservan mejor su frescura y sabor. Se meten en bolsas de tela para evitar envases de plástico. En el almacén de Francia, antes de entregarlos, los guardamos en cajas de madera bien cerradas.
Las almendras se deben conservar protegidas de la humedad y la luz, idealmente en un tarro de cristal. Por tanto, se pueden conservar durante varios meses. Al ser naturales (no tostados) y frescos (más aún cuando se acaba de cosechar), siempre contienen un poco de humedad, lo que explica su lado tierno.
Podríamos ofrecerlas a la venta ya tostadas pero luego habría que envasarlas en plástico para evitar la humedad, porque una vez tostadas las almendras absorben mucha más humedad y por tanto tienen una vida útil muy corta. Sabrán mejor si las tuestas tú mismo.
Por lo tanto, puedes comerlas sin tostar o tostarlas tú mismo en el horno o en la sartén, durante 10-15 minutos a fuego lento. Te aconsejamos asarlas en el último momento, ¡es lo mejor en cuanto a sabor y textura!